Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Macabeos 4, 18-37

18 Gorgias y su ejército se encuentran cerca de nosotros en la
montaña. Haced frente ahora a nuestros enemigos y combatid con ellos;
después podréis con tranquilidad haceros con el botín.»

19 Apenas había acabado Judas de hablar, cuando se dejó ver un
destacamento que asomaba por la montaña.

20 Advirtieron éstos que los suyos habían huido y que el campamento
había sido incendiado, como se lo daba a entender el humo que divisaban.


21 Viéndolo se llenaron de pavor y al ver por otro lado en la llanura
el ejército de Judas dispuesto para el combate,

22 huyeron todos al país de los filisteos.

23 Judas se volvió entonces al campamento para saquearlo.
Recogieron mucho oro y plata, telas teñidas en púrpura marina, y muchas
otras riquezas.

24 De regreso cantaban y bendecían al Cielo: "Porque es bueno,
porque es eterno su amor."

25 Hubo aquel día gran liberación en Israel.

26 Los extranjeros que habían podido escapar se fueron donde Lisias
y le comunicaron todo lo que había pasado.

27 Al oírles quedó consternado y abatido porque a Israel no le había
sucedido lo que él quería ni las cosas habían salido como el rey se lo tenía
ordenado.

28 Al año siguiente, reunió Lisias 60.000 hombres escogidos y 5.000
jinetes para combatir contra ellos.

29 Llegaron a Idumea y acamparon en Bet Sur. Judas fue a su
encuentro con 10.000 hombres

30 y cuando vio aquel poderoso ejército, oró diciendo: «Bendito seas,
Salvador de Israel, que quebraste el ímpetu del poderoso guerrero por mano
de tu siervo David y entregaste el ejército de los filisteos en
manos de
Jonatán, hijo de Saúl, y de su escudero.

31 Pon de la misma manera este ejército en manos de tu pueblo Israel
y queden corridos de sus fuerzas y de su caballería.

32 Infúndeles miedo, rompe la confianza que en su fuerza ponen y
queden abatidos con su derrota.

33 Hazles sucumbir bajo la espada de los que te aman, y entonen
himnos en tu alabanza todos los que conocen tu nombre.»

34 Vinieron a las manos y cayeron en el combate unos 5.000 hombres
del ejército de Lisias.

35 Al ver Lisias la derrota sufrida por su ejército y la intrepidez de los
soldados de Judas, y cómo estaban resueltos a vivir o morir valerosamente,
partió para Antioquía, donde reclutó mercenarios con ánimo de presentarse
de nuevo en Judea con fuerzas más numerosas.

36 Judas y sus hermanos dijeron: «Nuestros enemigos están vencidos;
subamos, pues, a purificar el Lugar Santo y a celebrar su dedicación.»

37 Se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión.